jueves, 19 de enero de 2017

LA PIZARRA





... un día perdido en su memoria, le regalaron una pequeña pizarra que su madre colgó en el pestillo de la ventana con una simple cuerdecilla…
Siempre recordaba con cierta nostalgia lo mucho que le gustaba aquel exiguo objeto.

Al atardecer de un día frío y gris, llovía, y llovía con tal fuerza e insistencia, que la tormenta dio paso a un verdadero diluvio durante las horas de recogimiento y sueño; en el exterior, la intensidad y fuerza de la tormenta iba filtrándose por doquier, llegando a traspasar el marco de la ventana…
A la mañana siguiente todo parecía haber regresado a su calma, pero la lluvia de aquella noche no sólo causó inundaciones en el lugar sino también en su pequeño mundo: a la cuerdecilla ahora le seguía atado un cuerpo mojado, retorcido e inservible… la pizarra se había deformado con el agua.

Cuando recuerda aquel objeto, aparentemente insignificante, sin valor y el escaso tiempo que duró, desfila por su mente la semejanza con muchos de sus sueños y anhelos que penden también de una cuerdecilla en el marco de los días y aunque la lluvia sigue sucediéndose y las tormentas devastándolos, muchos de ellos siguen ahí, maltrechos, tal vez recortados, pero aguardando el día que el sol les dé su realidad...


lunes, 9 de enero de 2017

SIN DECIR


el silencio
es la estela
invisible
de la palabra

acompaña su soledad
y en murmullos
anuncia

lo que nunca
será dicho

Camille Stein


… me gusta tanto cuando la palabra habla sin pronunciar, cuando desde el sentimiento se escribe con la pureza de lo indecible, cuando ese espesor inexplicable que habita en el ser humano, pugna por salir y establece ese tartamudeo de encontrar la grafía adecuada para vaciarse y verterse, y sólo halla la simbología de un poema, la levedad de una prosa o un efímero texto como puerta de salida donde todo puede decirse y nada ser entendido…

qué difícil es expresar la belleza o el dolor de un sueño, la dulzura de un roce, ese beso jamás alcanzado o el simple tacto de una piel… y acudimos al verso como camino para acortar la distancia, vestir al deseo de lluvia o el horizonte de un mañana…

en estas horas en que la palabra habla sin decir, y las letras se escriben sin meta, se unen por un instante el sueño y su logro, el anhelo y su roce, el deseo y su hallazgo, y todo ello en un cosmos sin realidad ni tiempo… un oasis de logros donde me quisiera siempre quedar…


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lunes, 26 de diciembre de 2016

ANDADURA


con la mirada en alto...
recomponiéndose en cada paso
cueste lo que cueste
pero la tierra es el principio...
y de su abrazo cálido a mis pies
surge
el contradictorio y abrasador deseo de andar

Camille Stein



andar es un acto al que nos empuja la vida, esfera de agua y desierto que nos obliga a rodar constantemente en círculos… nuestros pasos ágiles al principio van convirtiéndose en verdaderos actos de voluntad con el transcurrir del tiempo...

hay partes del camino asfaltadas, pero a veces nos toca lidiar con otros caminos que son auténticas encrucijadas, transitar hasta alcanzar un alto resulta toda una hazaña… metidos en ese esférico laberinto, no hay más opción que seguir, por activa o por pasiva el camino es andado por nuestros pies, a veces, sin aliento, sin visibilidad, hacinados en la espesura caótica de nuestro entendimiento, envueltos en la niebla de nuestra comprensión, y metidos en un contexto que no siempre es favorable a nuestros deseos o acorde a nuestros más escondidos anhelos… vamos a tientas, tal vez a ciegas… pero seguimos colocando un pie delante del otro, porque… en este otro teatro que es la vida, también “la función debe continuar”

la rebeldía, el enfrentamiento, la negación, es un latido que nos golpea dentro de nuestro armazón… un latido que no entiende de razonamientos ni coherencias, que no sabe de obligaciones ni derechos, tan sólo quiere y busca su espacio
       su lugar: el corazón, cavidad exacta donde se le acoge y donde el alma le
            escucha y quizá comprenda… 
       su quimera: volar, volar en un cielo donde el límite sea el propio sueño...

... concluyendo con palabras también de Camille Stein: es en la elegancia de la derrota asumida donde descansa el fuego de la vida.


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lunes, 19 de diciembre de 2016

OCASO



... largos días se han sucedido desde mis últimos escritos, y es que a veces las palabras no surgen, no pueden expresar lo que habita en el último recodo de cada uno de nuestro latidos

cómo vocalizar un suspiro, el gesto de un recuerdo, la fragancia de un roce…?

pero la vida es una rueda que gira cada día, en cada amanecer, en cada despertar y termina al llegar la noche, al atardecer… y a veces sentimos como losas la repetición continuada de los días, la monotonía de las horas, la soledad de lo que fue, de lo que ya se fue y de lo que no llegó a ser…

no hay brillo más intenso en el horizonte que el de su ocaso, adolece en ese instante fecundo el recorrido de las horas que nos llevaron hasta él… somos vividos por la vida, sendero de luces y sombras que a veces escogemos y otras encontramos… como marionetas en el teatro del mundo somos manipulados por el sentimiento que nos habita, por el alma que nos domina o por la razón que nos dirige

… en ese punto cegador de la tarde, podemos brillar como líquido caudal que se adentra hacia los recovecos de un latido o sentir como la lava requema un poco más ese recipiente que nos contiene… y así día tras otro, como si el camino fuera un descenso a la soledad que nos habita, habiendo rozado primero, el albor de un amanecer que nos halló dormidos…

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martes, 24 de diciembre de 2013

CREER


Desear que las cosas sean de otra forma de como son, abrir la mirada a otra posibilidad, sentir que su paso  puede ser diferente… no significa tener la cualidad, ni tampoco el poder de cambiarlas, pero sí surge la creencia, el deseo, incluso la ilusión y la esperanza de poder ser alcanzado…

Crecer en la vida sólo se consigue si permanecemos en ella, no se crece por lo que a uno le cuentan, ni por lo que a uno le explican, ni por el avance o el crecimiento ajeno, eso nos puede servir de pauta, de guía, pero la verdad es que la experiencia sólo se adquiere experimentando, viviendo... Quizás por eso siempre me da que pensar estas teorías, terapias u opiniones que nos inducen y empujan a querer que veamos lo que no hay, lo que por mucho que se mire no se ve, esa insistencia en que nuestra mirada a de ver un presente o una situación de forma determinada, positiva, concreta. Y para ello se despliega a nuestro entorno una retahíla de consejos inacabables, de frases para “creer" lo maravilloso, lo grande y excepcional que es uno, y generalmente la verdad es que por más que uno lo intente, al miramos en el espejo, no podemos evitar seguir viendo al ser débil, triste o deprimido que uno lleva consigo.

Creer, no es para mí afirmar lo que no consigo ver, no es aceptar una ristra de teorías, consejos y buenas intenciones, creer es… la capacidad de ahondar hacia el interior de uno mismo, hacia la verdad y sinceridad de uno mismo y aceptar lo que ve, lo que hay, lo que vive… y saber lo caduco que es el tiempo y sentir la necesidad de traspasar el momento, de rebuscar en ese adentro y hallar el poder de cambio, el deseo -al menos- de intentarlo, de arañar la esperanza o la ilusión de variar lo que no nos hace felices, pero siempre partiendo de una realidad, de una concreción: la de este instante, la de ahora, este momento…. y por supuesto desde uno mismo.

Creer no es una admisión a ciegas, no es sumisión a lo dicho, a lo escrito, a la teoría… creer es sentir que ese cambio es posible, que puede ser aspirado en la vida y no disfrazando la propia imagen ante un espejo, sino descubriendo otra puerta que abrir, otra ventana que nos ilumine, sentir ese hormigueo en el estómago, esa inquietud de posible cambio, saber que el día puede ser distinto, que las cosas pueden ser diferentes, de otra forma… al fin y al cabo, el motor que nos empuja es el nuestro, y como buen motor no se ve sino que trabaja en el interior para mover todo el engranaje, y no puede llenarse de sensaciones y experiencias ajenas, sino que se ha de mimar, cuidar y abonarse desde la propia tierra que es uno mismo…

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lunes, 24 de diciembre de 2012

NAVIDAD 2012

 


felices los instantes
que nacerán
bajo nuestra mirada

dichosos los momentos
que se escribirán
bajo nuestra mano

y bello -siempre-
el silencio
que nace en lo más profundo
del alma

desde el silencio y desde el alma...
mi deseo de Navidad para todos


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