sábado, 26 de abril de 2008

DE LA NADA


“Todo brota de la nada”
J.F.Moratiel














De la nada brota mi silencio.
De una nada que no existe,
porque en mi sombra
se aloja el deseo y el afán.

Una sombra que me acompaña
Una penumbra de entorno
Una opacidad de mi ser
Una vaguedad en mi caminar

De la nada de mi encuentro
De una nada encubierta,
de superficialidad y de ausencia,
de una nada que no es tal.

Y sin llegar a la nada,
camino sabiéndola existir,
y busco su presencia,
porque ella no existe en mí.
*

jueves, 17 de abril de 2008

VIVIR... SENTIR LA VIDA


Siento la lluvia caer
pero mi alma está calma.

Siento volar el deseo
pero mis pasos pisan la tierra.

Por sentir siento
que nada es lo que veo.

La lluvia cae y la luz me habita.
El aire es frío y el adentro cálido.
Las miradas tristes y mis ojos azules.

Siento que la vida cruza por las calles,
a veces desnuda, a veces triste
y en el sentir de cada uno
nace al latir de lo invisible.

Vivir... sentir la vida...
mirarla con los ojos del alma.
*

domingo, 13 de abril de 2008

LA NOCHE



La noche me acoge, me envuelve, me rodea y mi ánimo será reflejo en esta hora de la noche.

La oscuridad no es tristeza, no es desazón, ni angustia si nuestro ser no está desanimado, hundido, ni desconsolado.

La noche es tan sólo una expresión más de la vida. En la noche, nuestros pensamientos se ordenan, se apaciguan o simplemente se acallan. Cuando nuestro sentir se altera, no es culpa de la noche, ni de la oscuridad, sino de nuestro vivir y de nuestra manera de ver las pequeñas cosas de nuestro mundo, de nuestros quehaceres, de nuestro día a día, de nosotros mismos.

A veces, asociamos la noche, la oscuridad y el invierno a nuestras horas tristes, a nuestros momentos de desánimo, a nuestra inquietud, a nuestra inseguridad… pero la noche y la oscuridad pueden ser también momentos de paz, instantes de intimidad o espacios de reposo.

La noche.

Acojámosla siempre como un volver a nuestra casa, un regresar al corazón, un tiempo o unos minutos al hallazgo de lo invisible.

sábado, 5 de abril de 2008

LLENURA DE TI


Cuando me adentro en ti,
tú, me das calma.
Cuando en ti me cobijo
me envuelves de quietud.
Cuando busco tu refugio
la paz me otorgas.

Mi corazón desea hallarte,
y mi alma te sigue buscando
pero el pensamiento de mi mente
con ideas fugaces sigue jugando
y mi cuerpo se excusa
tras el yendo y viniendo.

¡Cuándo será y que yo comprenda!
Que sí la calma me das
y la paz me otorgas,
solamente mi tiempo pides,
tan sólo mi callado silencio,
donde encontrarte podré
y de llenura de ti me saciaré.
*