lunes, 22 de febrero de 2010

AROMA


aroma y ventear del viento
se derraman en el aire
con un suave susurro
encandilan el alma
que se aquieta en su regazo
para escuchar su murmurar

se atoran los pensamientos
se sosiega el cuerpo
descansa la mirada
... sigilosamente queda
callada el alma
para oír al silencio hablar


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sábado, 13 de febrero de 2010

LAS HUELLAS DEL SILENCIO


Es emotivo recorrer sus huellas, intentar caminar con los pasos del silencio… y curioso a su vez… él que quiso pasar por el mundo sin dejar rastro, sin dejar más huella que unas breves palabras esparcidas, unos silencios compartidos y unas horas de convivencia. Y sin embargo seguimos buscando esas huellas sabiendo, conociendo que la esencia de todo ello se concentra en esas palabras suyas

"Si me buscáis, buscadme en vuestro silencio, en el silencio de vuestro corazón.
Ahí me encontrarás"

y nos resulta tan breve para saciar nuestras ansias, nuestros deseos de alcanzar lo que vivíamos y veíamos en él, que a veces, tengo la sensación que si supiéramos donde hallar, donde encontrar algo más, seríamos capaces de remover cielo y tierra para recobrar algunas briznas de aquellos ecos de silencio que él tan pacientemente nos explicaba y con nosotros vivía.

En un mundo en que lo importante es lo que uno tiene, lo que uno posee, lo que uno alcanza en el exterior, él nos mostraba el camino opuesto, el camino hacia dentro, ese que para nuestra sociedad no sirve para nada, ese que no tiene ninguna utilidad, que no alcanza nada visible, ni palpable… ninguna ganancia, ningún provecho.

Cuando en ocasiones le decíamos: Moratiel por qué no lo escribes, por qué no dejas de alguna forma ese sentimiento, esa forma de entender la vida, esa “escuela” para los que vendrán...  por qué no dejas tus palabras, tu enseñanza del silencio a todas esas personas que buscan el hallarse, el encontrarse, a los que buscan la calma, el sosiego… y él con una sonrisa, contestaba: todo lo que os digo, todo lo que podéis oírme, escuchar o encontrar… no está en mí sino en vosotros, todo está en el silencio, en el silencio de vuestro corazón… ahí, está todo. Todo lo que la naturaleza crea, todo lo que de ella sale, todo lo que ella expresa y podemos observar… no deja huellas; mirad el vuelo de un pájaro… nunca deja huellas, en cambio lo prefabricado por el hombre como un reactor, un avión siempre deja un rastro y es que la vida es un pasar, no es necesario dejar huellas, os imagináis el mundo con las huellas de todos?

Y él lo cumplió plenamente, las escasas huellas materiales que circulan actualmente como son los libros editados, los CD que se utilizan en los encuentros son elementos salidos de la iniciativa de algunos discípulos, pero nunca de él, él aprobó la publicación, pero no surgió la iniciativa de proyecto alguno.

A veces alguien habla de estructurar la Escuela del Silencio, de plantear o definir unas pautas o unas bases y yo me pregunto ¿para qué? si Moratiel pasó por la vida sin querer dejar más huella que la que cada uno pueda tener de él en su corazón, en su recuerdo, en su propia vida…

Quien está llamado al silencio, quien descubre ese camino de silencio que Moratiel nos mostró, no necesita estructuras, ni bases, ni más huellas que las que recibió de Moratiel y esas… permanecerán imborrables para quien ya escogió su camino, para quien escogió el silencio.


En el 4º aniversario de la entrada en el Silencio del P. José Fernández MORATIEL

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lunes, 8 de febrero de 2010

AHOGO


me ahogan las palabras
que suenan ocupando espacio

sonidos lanzados
sin otro afán que ocupar la esfera

voces que se esparcen
anegando el discurrir callado
de los que hablan sin voz

silencio pleno
que no sonidos vacíos
son los que el alma aguarda
para llenarse
de belleza y paz


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